Mayores representantes de la Filosofía Moderna
Racionalismo: René Descartes (Francia, 1596 – Suecia, 1650)
En una época de transformaciones científicas y nuevas leyes físicas, René Descartes optó por dudar tanto de Dios como de la sociedad con el objetivo de recrear la realidad a través de sus conocimientos, pues era lo único que aseguraba un verdadero entendimiento. De ahí surgió su norma conocida como duda metódica.
Al crear ese método, el filósofo explicó que solo se podía conocer si se pensaba y pensar significaba existir, pero esta existencia no era física sino racional.
La base del racionalismo era un sujeto pensante. Por ello, el pensamiento de Descartes enfatizaba el mundo de las ideas, que podían ser exteriores, imaginarias e innatas, pero que buscaron construir el saber.
Empirismo: Thomas Hobbes (Inglaterra, 1588 – 1679)
Thomas Hobbes estuvo gran parte de su vida rodeado de familias nobles, razón por la cual aprendió a desenvolverse en las cortes. Además, elaboró una filosofía acerca de las ideas políticas a través de la que rechazó que la democracia fuese un sistema ineficaz, planteamiento en el que se apoyó el absolutismo.
Aparte del argumento político, Hobbes estableció que solo había una realidad sustancial y esa era el cuerpo, ya que se podía observar como un recipiente que absorbía lo sensible, lo experimental, lo divisible y lo compuesto. Entonces, el cuerpo era el motor del conocimiento.
La importancia de su pensamiento radicó en que expuso que la mayor cualidad del hombre era el egoísmo, pues siempre buscaba poder y placer. Así mismo, instauró una especie de materialismo cuando manifestó que lo ontológico se reducía ante lo corpóreo.
Idealismo: Immanuel Kant (Prusia, 1724 – 1804)
Immanuel Kant, hombre de carácter escrupuloso, tuvo el objetivo de forjar una teoría a través de la que explicara el valor de la ética, la estética y la metafísica. A pesar de que enfocó la mayoría de sus estudios en la ciencia, realizó un tratado en el cual intentó exponer que todos los elementos del mundo eran complementarios.
En su juicio —aparte de separar la ética del estudio del hombre— giraba la idea de que la naturaleza del conocimiento era ser una síntesis. Es decir, el fundamento de toda investigación era el sujeto con su intelecto, lógica y sensibilidad.
Referencia bibliográfica: de mi autoría (JOSÉ ÁNGEL FLORES PEÑA 4°B)